Entre más de 800 seres humanos trabajando bajo la bandera de Ánfora, empresa orgullosamente mexicana con casi 100 años de tradición, se encuentran personas que tienen alguna discapacidad auditiva o verbal, convirtiendo en un gran reto la comunicación necesaria en el proceso de producción de piezas.
Esto nos recuerda la importancia del lenguaje de señas.
Pensando en ellos, decidimos plasmar el lenguaje se señas en una colección de tres piezas cerámicas, que nacen a partir de la abstracción que forman las manos al generar las señas. Es así que buscamos retratar de manera estética una pequeña parte del mundo infinito de la comunicación humana.
Para el material se creó un terrazo cerámico a partir de fragmentos de piezas reutilizadas que luego fueron mezcladas con pasta, lo que significa que trabajamos con un material 100% reciclado que además optimiza los recursos de la planta. Por el tamaño de las piezas, se vacían y queman en el área dónde normalmente se hacen los sanitarios, refrescando esta zona con nuevas ideas y proponiendo mejoras en el aprovechamiento de los hornos.
Gratitud, Felicidad y Amor: estas palabras están plasmadas en el sentimiento de cada pieza, ya que su forma nace de la seña correspondiente. Para no olvidar el origen de cada pieza decidimos agregar a ellas la palabra que representan en lenguaje braille, permitiendo de esta manera agudizar aún más nuestros sentidos.
El proyecto recibe su nombre en homenaje a todos los trabajadores de la planta de Ánfora por mostrarnos que el mundo debe evolucionar hacia la inclusión e invitando a otros a ser incluyentes por medio del diseño.